El intestino: un órgano clave para tu salud digestiva y longevidad

Durante años, se pensó que el intestino cumplía un papel meramente digestivo: descomponer los alimentos y facilitar la absorción de nutrientes. Sin embargo, la ciencia ha confirmado que se trata de un órgano clave que regula procesos relacionados con el sistema inmunológico, la salud mental y el envejecimiento.
Este nuevo enfoque ha llevado a considerar al intestino como nuestro “segundo cerebro”, por su conexión directa intestino-cerebro-inmunidad.
En el Día Mundial de la Salud Digestiva, desde Proage queremos poner en valor el papel del intestino como pilar esencial de un envejecimiento activo y saludable.
El intestino, más que un órgano digestivo
Aunque tengamos una dieta equilibrada, si nuestro intestino no descompone ni absorbe bien los nutrientes, el cuerpo no puede utilizarlos de forma eficaz. Es en el intestino delgado donde se produce la mayor parte de la absorción de micronutrientes y macronutrientes, y este proceso depende del buen funcionamiento de tres elementos:
- Las enzimas digestivas, que descomponen los alimentos.
- La mucosa intestinal, que facilita el paso de nutrientes al torrente sanguíneo.
- La microbiota intestinal, el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro intestino.
Microbiota intestinal: eubiosis y disbiosis
La microbiota está compuesta por billones de bacterias, virus, hongos y otros microorganismos. Desde que nacemos, su composición evoluciona según nuestra dieta, entorno, el uso de fármacos, el estrés, el ejercicio físico o la calidad del sueño. Su diversidad y equilibrio son esenciales para una buena salud.
Cuando la microbiota está equilibrada, hablamos de eubiosis. Esto es, un estado en el que predominan las bacterias beneficiosas que:
- Regulan la inflamación crónica de bajo grado, que está relacionada con enfermedades asociadas a la edad (como la artritis, la diabetes tipo 2 o el deterioro cognitivo).
- Refuerzan las defensas, ayudando al sistema inmunológico a mantenerse activo.
- Contribuyen al metabolismo energético, clave para evitar la fatiga y mantener la vitalidad.
Por el contrario, cuando la microbiota pierde diversidad, se altera la barrera intestinal y aumenta la permeabilidad. Este desequilibrio, que se conoce como disbiosis intestinal, facilita la entrada de toxinas o patógenos en el torrente sanguíneo, pudiendo acelerar procesos de envejecimiento celular y aumentar el riesgo de enfermedades.
La disbiosis puede desencadenarse por diferentes factores:
- Uso continuado de antibióticos.
- Una dieta pobre en fibra y rica en alimentos ultraprocesados.
- Estrés crónico.
- Estilo de vida sedentario.
- Envejecimiento natural, ya que con la edad disminuye la diversidad bacteriana.
¿Cómo saber si tu microbiota está desequilibrada?
Algunos síntomas que hacen sospechar duna microbiota alterada o de un intestino permeable son:
- Molestias digestivas: hinchazón, gases, digestiones lentas, diarrea o estreñimiento.
- Infecciones recurrentes, por una menor eficacia del sistema inmune.
- Cambios en el estado de ánimo: ansiedad, irritabilidad, falta de concentración o insomnio.
- Problemas cutáneos como eccema o acné.
- Fatiga persistente.
Si tienes dudas, puedes hacer nuestro Test de Síndrome de Sensibilidad Central, un paso previo al estudio de microbiota que arroja resultados muy fiables. En el caso de que diera positivo por encima de 40, contacta con nosotros para facilitarte un especialista.
El eje intestino-cerebro-inmunidad
Uno de los hallazgos más importantes de los últimos años ha sido la existencia del eje intestino-cerebro-inmunidad. Esta red de comunicación bidireccional conecta el sistema digestivo con el sistema nervioso central y el sistema inmunológico, a través de señales químicas, hormonas y neurotransmisores.
La microbiota intestinal cumple un papel clave en esta comunicación, ya que interviene en la producción de moléculas como la serotonina, la dopamina o el GABA. De hecho, se estima que más del 90% de la serotonina, la molécula que regula el ánimo y el sueño, se produce en el intestino.
Por ello, un intestino sano contribuye a mantener el equilibrio emocional y una buena respuesta inmunológica, dos aspectos clave para un envejecimiento saludable.
Cómo cuidar tu salud digestiva a partir de los 40
A partir de los 40, es importante adoptar hábitos que favorezcan la salud digestiva y el equilibrio de la microbiota:
- Come despacio y en porciones adecuadas para facilitar la digestión.
- Incluye fibra, prebióticos y probióticos: verduras, frutas, legumbres y cereales integrales, grasas de calidad, kéfir, yogur natural, que favorecen la diversidad de la microbiota.
- Evita ultraprocesados, azúcares y alcohol, que debilitan la barrera intestinal.
- Haz ejercicio regular, reduce el estrés y cuida tus rutinas de sueño.
- Considera la suplementación, bajo supervisión profesional, como apoyo adicional.
Suplementos que ayudan a restaurar el equilibrio intestinal
La suplementación puede ser una herramienta eficaz para recuperar la función intestinal cuando hay disbiosis o permeabilidad intestinal aumentada. Dos principios activos con respaldo científico son:
- L-Glutamina: un aminoácido esencial para la regeneración de la mucosa intestinal. Actúa como combustible para los enterocitos (las células del intestino delgado), ayudando a reforzar la barrera intestinal y a reducir la permeabilidad.
- Probióticos: contienen bacterias beneficiosas para mejorar la salud digestiva, ayudando a aliviar los síntomas de trastornos digestivos como el síndrome del intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal y el estreñimiento.
El Pack de Bienestar Intestinal de ProAge combina ambos ingredientes con una selección de nutrientes que actúan de forma sinérgica, proporcionándote muchos beneficios:
- Restaurar la flora intestinal y mejorar el tránsito intestinal.
- Fortalecer la barrera intestinal.
- Estimular una respuesta inmune eficaz.
Un intestino sano es la base de una vida activa, equilibrada y plena. Si quieres mejorar tu salud digestiva o empezar nuestro tratamiento digestivo, contacta con nuestro equipo.